En un negocio te puedes topar con infinidad de personalidades que entran y salen con un mismo fin; el interés por el producto o servicio que ofreces. Pero uno no puede controlar o tener un patrón sobre el carácter de los clientes.
Es por eso que te explicamos las personalidades de los clientes que por lo regular suelen presentarse.
Todos en algún momento hemos estado en el lugar de comprador, por lo que conocemos y nos podemos identificar con nuestra forma de ser y por consecuencia como actuamos. Para la postura de trabajadores o emprendedores siempre plantea un reto el cumplir con un buen trato y una comunicación asertiva porque está en juego no sólo la satisfacción del cliente y su lealtad, sino también el renombre de una empresa y el de la misma persona.
1-. El jefe
Se cree el dueño de la empresa, siendo una de las personalidades más comunes, ya que se tiene el concepto erróneo que debido a ser el cliente tiene el poder de tratar mal y es en la mayoría de los casos una persona difícil de manejar.
Para llevar una buena relación, siempre hay que recordarle sutilmente que el cliente es el “rey” dentro de las normas establecidas y lo ideal es lograr que vea la relación laboral como un equipo, en donde se pretende llegar a decisiones correctas y beneficiosas para ambas partes.
2-. La diva
Este tipo de cliente suele vivir en una burbuja de espacio muy diferente a la realidad y creen que las cosas son como ellos las perciben.
Debemos recordar que su ego es lo más importante por tal motivo siempre hay que tratarlo de una manera que se sienta comprendido.
3-. El indeciso
Es el cliente que se encuentra interesado en los productos o servicios de la empresa, pero a la vez, sigue buscando otras opciones con la competencia.
Sin duda, puede resultar el cliente perfecto o todo lo contrario. Como aspecto positivo, deja todas las decisiones importantes en manos de uno, dando la posibilidad de trabajar flexiblemente y adecuar el proyecto en tiempos y capacidades, pero por otro lado, cambia de parecer de manera constante en donde el trabajo ya realizado se tiene que hacer doble o más veces de las necesarias.
Para tratar adecuadamente a un cliente indeciso, un buen consejo resulta explicarle y hacerle entender que cualquier cambio posterior no sólo retrasa el proyecto sino que además acarreará un costo extra para su bolsillo.
4-. El corredor
Se caracteriza por querer establecer tiempos cortos de entrega o trabajar de manera rápida, pero muchas veces cuando la empresa requiere algo de él, lo posterga determinado tiempo.
El problema está en que algunos clientes desconocen cuánto tiempo lleva realizar trabajos específicos y crean expectativas irreales.
En estos casos lo ideal es platicarle al cliente desde un inicio cuáles son los pasos para llegar al objetivo, plantear fechas de entrega realizables, de igual manera dándole prioridad al cliente pero siempre considerando entregar un buen trabajo sin importar el lapso de la entrega.
5-. El cliente estrella
Se vuelven los incondicionales de la empresa. Transmiten satisfacción y comodidad con el trabajo realizado, tanto que se puede observar el compromiso a un futuro. Son las estrellas de los negocios porque se convierten en “embajadores” de la marca, transmitiendo siempre encanto y conformidad dentro de sus respectivos círculos de referencia, en donde suelen dar opiniones a favor beneficiando dichos negocios y generando una recomendación de boca en boca.
Atender de manera premium a los clientes es lo que a la larga te da este resultado de calidad.
6-. El cliente Cometa
Es el que se le ve una vez cada periodo de tiempo, sino es que hasta al final del proyecto. Son los que se necesita estar atrás de ellos para aprobaciones o para que envíen la información acordada en la junta o reunión.
En este caso lo ideal es que el project manager una vez que se percate de esta situación deberá tener paciencia y así también explicarle los convenios sobre los atrasos, sí por parte de él no hay visto bueno o una retroalimentación el proyecto se ve afectado, ya que pausará su servicio y los proyectos atrás de él absorberán el tiempo que ya se le había destinado.
7-. El cliente ventajista
Es el típico cliente que siempre exigirá más de lo que está en su cotización, el modo de operación de este cliente es estar de acuerdo con un servicio y un precio pero conforme pase el tiempo empezará a pedir más y más.
Lo que se debe hacer con este tipo de cliente es primeramente tener por escrito el alcance del servicio, así mismo de manera muy cordial explicarle que lo que requiere es con otra cotización aparte ya que el servicio contratado no cubre lo que él está solicitando.